Crítica a

Eugenio Daneri

   
"CINCUENTA años! ...
Vale decir: una vida entera de abnegada entrega, sin reservas, austeramente y sin concesiones de bajo costo en el ejercicio apostólico del arte; período durante el cual dilapidó sin escatirnación alguna sus sueños más puros e idealistas de auténtico fervor humano, hablan claramente y de manera irrefutable de la calidad espiritual de Eugenio Daneri.

Subyugados a su dominio los secretos del oficio, se entregó con acendrado afán a la conquista, nada fácil, de su propia expresión. Recorrido largo y penoso el de su anhelo, pero cumplido con fe, con la fe de los que presienten un final magnífico al abrir rumbos nuevos en la empinada cuesta que conduce al paisaje inadulterado del espíritu.

Su estatura artística alcanza ya la envidiable madurez del auténtico creador que puede prescindir de extrañas sugerencias para entregarse al goce íntimo de decir con vocabulario inédito y exclusivo todo cuanto nace en. su espíritu mecido por el libre albedrío que le confiere su capacidad creadora, con prescindencia absoluta de ajustes escolásticos, de formadores y de casi siempre apócrifos resultados. Expresión adusta y severa la suya, a través de la cual se hace visible una capacidad plena de captación de los elementos esenciales que su sensibilidad prefiere y sabe conjugar para dar carácter inconfundible a su admirable personalidad.
En este conjunto retrospectivo, con el cual sus amigos y admiradores le rindieron homenaje a su esforzado y silenciosa labor de medio siglo, en el que, a nuestro entender, faltaron algunas de las mejores obras de su producción hemos vuelto a admirar la perfecta unidad substancial, característica invariable de su factura, de la que siempre emana el mensaje elocuente de una sensibilidad estremecida de añoranzas. La costumbre inveterada de su discurrir silencioso con la naturaleza le han permitido alcanzar una gama espiritual poco común y de superlativa    jerarquía artística, advertible en toda su producción, aún en aquellas que se propone ser fiel a la realidad del tema, o dar realce a elementos pintorescos.

Pocas veces el arte argentino ha contado con una personalidad tan descollante como la de Daneri, y pocos son los que, como él, se han entregado tan permanentemente y con tanto fervor a la conquista de un mundo sin límites geográficos, como el del espíritu, de donde no siempre y solo muy pocos logran extraer resonancias subjetivas de largo alcance. El predominio o preferencia aquí existente por lo agradable en arte, resabios de equivocadas enseñanzas que obstruyeron por mucho tiempo la comprensión exacta de las cosas bellas, ha demorado, como en otros casos, el reconocimiento de este gran valor de nuestra plástica cuyo aporte conceptual tendrán que subrayar los historiadores del futuro cuando se haga un resumen ajustado y sin atajos de nuestra pintura actual."

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